22 ene 2021

Contrarrelojes con un tictac

Como dice la canción, siempre igual, otra vez a la rueda. Darle vueltas al tiempo y programar el despertador lleva a caer en algunas espirales. He vuelto a ojear mi entrada de mayo de 2008, Espiral del tiempo para recuperar un enlace que, como era de preveer, esta roto. Se trataba del reloj mundial de Poodwaddle, una aplicación que mostraba en tiempo real cifras de poblamiento y despoblamiento del mundo mundial, con escabrosos detalles y proporciones sobre lo segundo y también sobre deforestación, guerras, mortandad por distintas causas y enfermedades, etc. De momento aun puede encontrarse una referencia que incluye una captura gráfica en los archivos de la época de una web médica, Medgadget, aun activa.

Haciendo un poco de safari googlero consigo encontrar una web que se asemeja muchísimo a aquella. Se trata de Worldmeters.info, que incluye una versión en español del mismo "relojito de marras", de hecho adpatado al presente pues por ejemplo computa el múmero de tuits por segundo, seguramente muy inferior cuando el tictac era el de Poodwaddle. Es igual de hipnotizante que lo era aquel. También incluye la opción de saltar de la cifra por día a la cifra por año. En algunos items el baile de los números es sobrecogedor. Si bien no es más que la aplicación de capacidades de cálculo a un determinado análisis parcial de la realidad, resulta que tal realidad es escalofriante cuando el filtro es ese tictac a la vez tan humano y tan inhumano. Tal como se podía anticipar, en página paralela están los datos de la pandemia, también.

Muchos comentarios parciales me vienen a la mente, pero voy a preferir no hacerlos hoy. Mi idea es seguir con el reto que este año me he propuesto y que de momento consigo cubrir publicando alguna cosa cada día y siempre igual en tanto cada día en un lugar. Creo que es la mejor manera aunque no sé si la idea la llegaré a patentar.

Pero aunque yo no los haga hoy aquí, a la vez invito a quien quiera a hacerlos, o bien en los comentarios bajo esta entrada o bien por cualquier otra vía, foro o ágora al uso. No me cabe duda de que la visita, entoncea a Poodwaddle o ahora a Worldmeters, da pie tanto a debate como a filosofar sobre los engranajes del reloj.

Como coda, medio en serio y medio en broma, pues en el video que inserto reaparece el Homero del dibujo del día primero, primero de enero, pues recuerdo ese bucle con otro bucle. Como dice la canción, siempre igual, otra vez a la rueda. Canción con letra proletaria y, también de alguna manera, alcohólatra. Canción para escuchar y revisar cada cierto tiempo, pues les quedó redonda, precisamente. Como un reloj. Siempre igual, de Los Suaves. Música, maestro Tube...

15 ene 2021

Siete vidas

Segunda semana consiguiendo mantenerme en el reto. Siete sitios, siete vías, siete días. Parece ser que voy cogiendo el ritmo.
Me expreso, me desahogo, me comunico y hasta a veces me sorprendo con el invento este del #heptablogging.

Vuelvo a la casilla de salida cada viernes, aquí. En Blogspot seguramente es donde puedo colocarla, pues es la zona 'experimental', donde dialogo básicamente con mis propias neuras en función de lo que voy viendo 'por ahí afuera'. La interfaz me parece sencilla, amigable. Es sencillo endosar alguna imagen incluso. Los links, aunque he de averiguar cómo cambiarles el color, suelen funcionar bien con Blogger y además está el hecho de que se pueden abrir repositorios en paralelo sin salir de la plataforma. Ugrafiando me parece una vía fácil, como un paseo sobre terreno plano y bien asfaltado.

Los sábados, en territorio Wordpress, mis primeras Bibliugrafías ya son más parecidas a un pedaleo ciclista en montaña. Se me hace más complejo porque no conozco bien el recurso y, aunque compruebo en otros blogs que tiene muchas posibilidades, de momento estoy en estudios primarios. Además es el blog en el que más quiero exigirme, pues tiene que ver con mis labores profesionales y con algo tan respetable como los libros y las bibliotecas.

Los domingos paso de la bicicleta al remo. En la web que inició el maestro Ortiz, como también en tiempos en aquel grupo de correo que llamamos patera, me encuentro como 'jugando en casa'. Siempre me ha gustado su ética y su estética, epecialmente por las buenas compañías en el blogroll de Voces Amigas, y también por tener clara la referencia constante de la sonrisa de Javier y su ejemplo. Ahí el tema va a ser también luchar contra los links rotos, pero me gusta remar y bucear, que así era como toda la tripulación lo decíamos, primero en el supuesto inhóspito mar y luego varados en la que llamamos Islapatera.

Los lunes en mi Ugrafik de Instagram, después del excursionismo, el ciclismo y el remo, esto se me hace más parecido a un salto de esquí. Más breve, a veces con más texto, a veces con mucho menos, pero siempre fugaz, como el valor de las mil palabras que puede dar una imagen. Me lleva a la nostalgia de mis muchas horas fotologueras cuando Fotolog parecía un lugar que no iba a desaparecer. Aunque desapareció, del todo, y no una, sino dos veces.

Los martes en Filmaffinity, de momento dos y solo dos, como Ugrafiator, también los estoy disfrutando. Podría ver otra metáfora deportiva en el lanzamiento de disco. Estoy también en una fase de descubrimiento, y si bien he entendido que esa es la causa de que se pueda considerar una web recomendable y tranquila, el hecho de que las críticas deban superar un aprobado por los moderadores y por tanto no son visibles al momento, es un hecho que se me hace totalmente nuevo.

Los miércoles en Ipernity son los de mi día usando ese idioma tan raro con el que voy y con el que unos pocos vamos. Ahí, vamos, lo que me está preocupando es que el sitio ha cambiado mucho de filosofía y no es, como era en 2008, un lugar ideal para el multilinguismo. Entonces la interfaz podía ser en una gran cantidad de idiomas, y de ahí que al tener opción en esperanto mucha gente usuaria lo escogiera. Pero en fin, la buena noticia es que me ha dado pie a enredarme en el buen sentido con proyectos nuevos.

Los jueves, un poco como aquí, recopilo en Twitter. La intención es básicamente jugar con un juguete bien propio del tuiteo, como es el hashtag, pero por falta de conocimientos aun me ando liando bastante con lo de generar ordenadamente un hilo y me resulta muy heterogéneo cómo aparecen los enlaces, cosa que se me convierte en incógnita a despejar.

Así pues, y dicho lo dicho, voy al título de Siete vidas, con la recomendación y, para animar y decorar también, la viñeta pertinente...

Durante años de mi adolescencia un gato dibujado por Josep Maria Beà colgaba de la puerta de mi habitación. Y sin embargo hasta ahora, cosa casi imperdonable, no había disfrutado leyendo su "Siete vidas". Pues eso, os recomiendo toda la obra del gran Josep Maria Beà. Y especialmente ésta.

Salud.

8 ene 2021

Heptablogueando

Hace ya una semana me planteaba aquí mismo el asunto de tomarme en serio el reto del año nuevo. Si se tratara de recuperar la forma física el reto podría ser el de ir al gimnasio a diario. Como se trata de recuperar el músculo del tecleo, el reto es publicar algo a diario. Y esta primera semana lo he conseguido. Siete días, siete posts. Por ello ayer inventaba otra palabra: el heptablogging. Suena un poco 'ugly' eso de mezclar griego e inglés, pero es lo que hay, la fuerza de la moda de ponerle un -ing a cualquier cosa para hacerla parecer más moderna.

La cuestión es que si no me encuentro con percances, me parece un buen plan. Una vez a la semana escribiré aquí, los viernes. Este blog, como reza la cabecera, es semillero o florero, posiblemente el más privado de todos mis intentos. Cuando lo abrí lo hice con la intención de que me sirviera de repositorio de experiencias internautas. Entonces, hace ya más de tres lustros, tanto la red como yo éramos bien distintos. Lo que visitaba y retocaba a diario eran espacios en foros o en listas de correo, a diario escribía en debates en esos ámbitos, también administraba grupos, había moderado incluso algunos. A cada momento aparecían nuevas plataformas, había una explosión.

Aquí, por ello, hablé de varias ya desaparecidas... Bloglines, Mixpod, Netvibes, Lasttube, Finetune, Flock... y de algunas aun existentes, si bien muy cambiadas, como Facebook. En el lateral está aun mi listado de Zoolit, seguramente más que actualizable. En todo caso, la intención inicial se mantiene. Hablar por aquí de todo lo de por ahí.

Los sábados pretendo acabar entendiendo la plataforma de Wordpress para poder llevar un blog en función de mi trabajo en una red de bibliotecas públicas. Se trata de mis "Bibliugrafías". Los domingos quisiera volver a pillar ritmo publicando mis "Ugrafías" en el blogroll de Voces Amigas de Javier Ortiz, posiblemente lo que más cara de blog tiene de todo lo que hasta ahora he escrito. De tal manera viernes, sábados y domingos bloguearé en el propio sentido de bloguear.

Los lunes los reservo a mi Instagram, los martes a mi intención de hablar de cine, en Filmaffinity, los miércoles a practicar esperanto en Ipernity y los jueves a tuitear todos esos temas salpicados de hashtags en mi Twitter.

En total, pues, siete 'disciplinas'. Aunque la importante es la constancia, que no he conseguido hasta ahora en ninguna de ellas ni en otras aventuras que han desaparecido o se han desvanecido antes. No hay dos sin tres, dicen, así que el 15 de enero vuelvo por aquí, si no hay percances, claro. Gracias por la atención y por la participación vía comentarios, si se dieran. Gracias y mucha salud.

1 ene 2021

2021: Odisea de lo que sea

 Se supone que cuando se lee algo se empieza por el título. En cambio cuando se escribe no, pero también. Este es un poco el caso. Cuando pensé en la rima fácil de odisea con lo que sea, y en la de 2001 con 2021, me dije que algo, lo que fuera, tenía que ser escrito bajo ese tontítulo, por no decir encabezado refrito. Hace ya años escribí lo de que "ugrafiar es lo que tiene", y tontitular, es decir, titular a lo tonto, pues debe ser que también.

Y bien, este año empieza con más incertezas que ninguno. Es el año "whatever", si nos da por verlo en inglés. Quizás por ello me saco un "hashtag" de la manga y zas. Escriba sobre lo que sea, le adoso el #2021odlqs y vámonos que nos vamos. Quiero pensar y escribir sobre diversos asuntos. Sobre cine y sobre música, sobre idiomas y sobre étimos, sobre fútbol y sobre política, sobre países y sobre paisajes, sobre libros y sobre tejuelos. Especialmente quiero escribir sobre tejuelos porque es una palabra que la mayoría desconoce mientras para una minoría es pieza clave de trabajo.

Creo que esa es buena palabra, también, la clave. Clave y llave, dual y sin embargo útil también para abrir un año. Mucho tiempo atrás era también el nombre de un buen programa de "la tele", el de aquel señor llamado Balbín, su barba, su pipa y sus invitados. Quienes ya tienen los mismos lustros que servidor, si vivieron por estos pagos, puede que recuerden aquella sintonía tan "whatever", precisamente...

Así pues queda inaugurado este pantano de letras: 2021, odisea de lo que sea. Dicho esto voy a ver... me encuentro con que Arthur C.Clarke publicó en 1968 la novela 2001: odisea espacial, en la que poco después Kubrick se basó para su famosa película, pero leo que después publicó tres novelas más de la saga, en los años ochenta situándolas en 2010 y en 2061, y rematando en los noventa con la cuarta, que se va al 3001, odisea final. Y tal y tal.

Me encuentro también con que llamamos Odisea a lo que en rigor podríamos también llamar Ulisea, pues en el griego original del originalísimo Homero, el "prota" se llama Odiseo. Ulises no es más que la forma latina de Odiseo. Así que los romanos cambiaron el nombre del viajante pero no el de la epopeya. De nuevo esa vocal ugráfica por antonomasia, la U, anda pues por medio. Sabía que Ilión era el nombre de Troya y que de ahí lo de la Ilíada, pero hasta hoy no sabía lo de Odiseo/Ulises. Que viene a ser un poco como lo de Leo y Lionel. Enigmas de los semidioses.

Dicho todo esto y antes de ponerme pesado voy a darle ya al botón de enviar, pues se hace camino al andar. Y mañana será otra odisea de lo que sea.


21 ago 2016

Los juegos de mi infancia

Hace 40 veranos los juegos olímpicos fueron en Montréal... y en el balcón de casa. Sí, con unas cartulinas pintadas, mi hermano y yo montamos una ceremonia de apertura y otra de clausura. El mecanismo era bien sencillo. Media cartulina tenía forma de copa y hacía de pebetero, con su minimalista logo, una montrealense eme sobre los aros, dibujadito. La otra media cartulina tenía forma de llama de fuego y la rojez necesaria. Eran dos mitades unidas con unas tiras de celo. Aquella antorcha en papel se desplegó mientras la tele retransmitía la apertura y se apagó más o menos con la misma sencillez cuando la clausura.

Aquel verano nos habíamos preparado a fondo. Bolígrafo en mano ante el televisor o ante las páginas del diario deportivo 'Dicen', apuntábamos nombres y apellidos de atletas, gimnastas, nadadores, piragüistas... en fin, lo que fuera... Nombres rarísimos algunos y otros menos, pero de sonoridades digamos que entretenidas. Cuando teníamos bastantes nos poníamos a realizar unas fichas, también de cartulina, con diseños de colores basados en las banderas de sus países. Y sobre cartulinas bien grandes en que habíamos dibujado las pistas de atletismo, las piscinas, etc. poníamos las fichas a competir a golpe de lanzamiento de dados, con una transcripción matemática a segundos, minutos, plusmarcas, etc.

Lo más entretenido era la narración... imitábamos a los comentaristas de entonces, que no eran tan plomizamente nacionalistas como lo de ahora y que hablaban más del deporte que de las nacionalidades de los deportistas. Lo más tremendo era que, al jugar siempre el azar, un desconocido velocista búlgaro igual podía sacarle cinco metros de ventaja al favorito yanqui, o que una nadadora de la RDA casualmente se hacía con el oro a la vez en la prueba de fondo y en la distancia más breve. Las piraguas eran divertidísimas: usábamos palillos de dientes, de los planos de toda la vida, y les pegábamos las fichas de colores y a correr, a base de golpe de dado, por sus calles, dibujadas bien rectas y con decoraciones que hacían el escenario más 'natural'. Que más daba si al final ganaban los japoneses o los holandeses... Lo importante era participar.

Total, que sin internetes ni nuevas tecnologías, con lápices Alpino y rotuladores Carioca, imaginación y paciencia, mi hermano mediano, nacido el año de la olimpiada de México (dos olimpiadas antes) y yo, nacido el año de la de Tokyo (tres antes), pasamos aquel verano haciendo correr, nadar y todo lo demás a un sinfin de personas con nombres y apellidos basados en hechos reales. Nos contemplaba y a veces tiraba también los dados nuestro hermano menor, nacido el año de la olimpiada de Munich (la anterior a Montréal). Llenamos unas cuantas libretas con anotaciones de las semifinales, finales, los registros, los círculos amarillos, grises y marrones de las medallas... Mientras por la radio o la tele hablaban de aquellos históricos... Alberto Juantorena, Nadia Comaneci o Irena Szewinska... a nosotros nos iba resultando otro medallero distinto, pero claro que nos daba igual, lo imaginábamos tan posible como el de las clasificaciones finales, que después pasaron a aquel maravilloso libro de resumen que nos cayó de regalo unos meses después...







Entonces las Olimpiadas eran otra cosa.
Claro que, bien mirado, de todo aquello, algo queda. El espíritu ese. Pues eso.