14 may 2025

Mi 23, mi 24 y mi 47

Decía aquí antesdeayer...
...que iba a bloguear...
...pero nada, y hasta hoy, fecha señalada...
14 de mayo de 2006, hace pues 19 años...

Era domingo y varias semanas antes un correo electrónico "anónimo" convocaba a "los jóvenes" a las plazas mayores de sus ayuntamientos para hacer "sentadas por el derecho a la vivienda digna". Ese domingo, aunque yo ya era cuarentón y por tanto no tan joven, un asunto de mobbing inmobiliario me empujaba a formar parte de esa convocatoria.
A partir de aquel día las sentadas se volvieron semanales y las protestas se coordinaron en todo el estado español mediante las herramientas, entonces incontrolables, del internet de los blogs y los foros, tan distinto del internet de una década después.
El 14 de mayo fue una fecha de punto y aparte.

"Qué pasa, qué pasa? que no tenemos casa! Queremos un pisito como el del principito. Es un derecho, no un privilegio. Stop especulación. Pincha la burbuja. Abajo la cultura del tocho. Por el derecho a techo. Incívico es el precio de la vivienda. Contra la violencia inmobiliaria y urbanística. La hipoteca mata. No tendrás una casa en la puta vida"

Todos esos lemas se salpicaban con un número: El 47. El artículo 47 de la Constitución proclama el derecho a la vivienda digna, pero también proclama la obligación de los poderes públicos de impedir la especulación, algo mucho más concreto, pero ausente de la república bananoladrillera desde los tiempos de los Boyer y Borrell, los Gil y Gil, los Paco Pocero, sus estafas y la poderosa mafia que los bancos, los promotores y los concejales de urbanismo habían urdido con la complicidad de los medios de (des)información.
En junio de 2006 fuimos "edificando" la asamblea popular por el derecho a vivienda, reuniéndonos cada miércoles en el entonces bien ocupado Espai Magdalenes. Decidimos allí convocar una primera manifestación ese 2 de julio y decidimos hacer una primera rueda de prensa el 30 de junio.

En aquellas tardes de miércoles brotaban ideas. De algunas me considero responsable directo, pues las propuse yo. Sí, sin falsas modestias. Pakua was there. Una fue la de usar la canción de Sisa como fondo del seminal video (véase aquí) que Leodecerca y su gang de dissenyaires montaron en base a lo grabado en las sentadas durante seis semanas, y que se proyectó en la plaça Sant Jaume al terminar la mani del 2 de julio.

Otra fue ligar la rueda de prensa a la línea de autobus número 47. Para fijar el foco no en siglas ni en milongas, sino en el artículo 47, en el derecho básico no resuelto ni defendido. Inicialmente propuse que nos fuéramos subiendo en grupos a las paradas en diferentes barrios, de camino al centro, para así llegar con el vehículo hasta arriba de 'okupantes' y entonces dar la rueda de prensa cerca de plaça Catalunya. Era una idea loca y la descartamos pues eso hacía necesaria una coordinación kilométrica, en todos los sentidos. Además era fácil de descarrilar si se anunciaba antes, bastando con que la guardia urbana desalojase el bus.

Pero sí se aceptó lo de "apuntar al 47". Finalmente decidimos convocar a las 11 del mediodía en la parada de origen/destino del centro. Ahí haríamos venir a la prensa (solamente nos iban a hacer caso la televisión local, btv, y el 20minutos) y allí nos pusimos con unas pancartas ante las alcachofas, dando nuestras razones y animando ese viernes a venir a la manifa del domingo. Y allí nos subimos al bus con las pancartas, los adhesivos y la causa y nos bajamos en la próxima, tras dejar constancia .

Aquello se propagó por foros y webs pero ya hace mucho que desaparecieron de la red. Solamente queda, numantina, una referencia, con el texto en https://barcelona.indymedia.org/newswire/display/264310 , y con unas pocas fotos y comentarios, entonces frescos, en https://barcelona.indymedia.org/newswire/display/264391 Dos páginas y 'prou', casi 20 años después



Y este año reciente es el de la gran revisión de la épica de los hechos del secuestro histórico del autobús. La hazaña popular de las gentes de Torre Baró que ha recorrido cines, festivales y columnas y más columnas de diarios. Marcel Barrena, Eduard Fernàndez y Clara Segura ens han explicat la història, ens han fet memòria. Aunque yo, desde el fondo fosomariano del desconocido, me pregunto... ¿saben aquell que diu que el 47 lo "secuestraron" también en 2006 durante unos minutos unos cuantos precarizados submileurizados que empezaban a hacerse llamar como "VdeVivienda" (cuyo flickr persiste)?

Curiosamente mañana en mi barrio, sin moverme de casa, escucharé de nuevo el film. El programa de la festa así lo indica: Dijous 15 de maig 21 h: Cinema a la fresca a la Rambleta de la Guineu: El 47

Casualidades de la vida y de los calendarios. Mañana 15M. A catorce años del 15M de los "indignados". Un día después, pues el 14M siempre lo veremos muchos como el día antes (un lustro y un día antes) del 15M. El del 2006 era el aperitivo del de 2011. Van pasando los años y muchas cosas siguen igual. La vivienda continua dividiendo la población entre rentistas y precarios, entre muy rentistas, muy en el medio, y muy precarios... Lo de la vivienda continua siendo la injusticia más pesada y más cotidiana. Pero eso da para otra historia. Podría retomar todo lo mucho que ya subí a mis blogs sobre el asunto (tipo...)

Pero por hoy ya está bien. Retomo el pulso de la tecla. A ver. Seguiremos incordiando y seguiremos recordando. Salud.

Ah... en el título sumo mi 23 y mi 24 y me da 47. Otra cábala. Podría resumir mi 2023 y mi 2024 con lo que más mejor me ha pasado... por un lado ver crecer y crecer a mi filhotinho... por otro sumar ocho episodios de Divulgateca (aquí, de momento) en la fantabulosa Ràdio Maconda. Pero bueno, lo dicho... Por hoy ya está. Y a ver.

8 feb 2024

Se acerca un cambio de ritmo

En un par de días los astros traen el nuevo año. Presiento/presumo/presupongo otro hashtag, otro año de heptablogging.
Año 4722. Dragón de madera. El segundo y seguramente el último de mi vida, como dragón de madera, precisamente. Seguiremos heptablogeando...

31 dic 2023

El paréntesis del 23

Mis blogs, espacios y cuentas, como si fueran otra cosa, se han ido desparramando y desintegrando en el frío infinito del algoritmo de lo poco rentable. Tras el año de la pandemia me monté aquel invento del heptablogging (#2021odlqs). Pero más allá de ese algo, el ritmo no cambió el abismo de silencio tras las redes. El 2022 fue el de mi mayor bajonazo. Achaques, quirófanos, más achaques, depresiones, vértigos, confusiones... Este año que acaba, en que no he ugrafíado aquí más que al cerrarlo, ha sido un paréntesis. Mejor salud, nuevos proyectos, optimismo, y en resumen eso... que mientras hay tinta, hay esperanza.

6 sept 2022

Dando vueltas

Fecha señalada hoy. Cinco siglos del final del viaje de Elcano. Me ha hecho recordar mi primera ugrafía propiamente dicha.

Su título es La vuelta al mundo. La escribí y publiqué en Voces Amigas a finales de marzo de 2006, aunque la idea la tuve mucho antes, a mediados de los noventa. Inserto aquel texto, pues:

Nunca se publicó "La vuelta al mundo en ochenta polvorones", de Julio Viernes. Su autor destruyó el borrador de la novela porque no vió la manera de encontrarle un final feliz.

El argumento tenía un arranque similar al de la famosa búsqueda de Marcel Proust, pero el detonante no fue una magdalena, sino un polvorón de Estepa. Julio, de profesión pirotécnico, se quedó absorto cuando en su mente relacionó, por la parte del polvo que a cada uno le toca, el mantecado que degustaba y su diario instrumento de trabajo: la pólvora.

Cuando esa comunión de ideas empezaba a desmenuzarse en su cabeza, cogió el periódico, presto a curiosearlo. A santo de no importa qué, en una de sus páginas había un mapamundi. Fijó sus ojos en la barriga que dibuja la China. Recordó entonces que muchos años antes, cuando era aprendiz, le dijeron que el uso de la pólvora empezó allí, y con esa finalidad que le era tan familiar, la de colorear el lienzo negro de la noche con decenas de colores y la de dibujar en el silencio con el pincel ruidoso de las explosiones.

Pensó entonces en que era normal que algún asiático que se dedicara a la minería hubiese aplicado la pólvora a facilitar su trabajo, ya en aquella época. Y que también era inevitable que algún otro, militar, se supone, empezara a diseñar los primeros arcabuces. Seguía entonces Julio mirando el mapa y casi viendo en él como esas armas de fuego habían empezado a dar la vuelta al mundo.

Ajá, de Asia hacia Europa. Y sí, aquí los trabucos, mosquetones y demás y pasa el tiempo y ya también cañones. Y sigue pasando el tiempo y subimos esos cañones a los barcos. Y la pólvora, inocente ella al nacer, seguía hacia el oeste dando la vuelta al mundo.

Hacia el Nuevo, se dijo entonces. Pocahontas y familia enseguida probaron los estragos de los 'palos de fuego'. Los amerindios habían repelido con flechas a los pocos vikingos que llegaron a avistarlos, pero no pudieron frenar el empuje de los Winchester, los Colt, los etc. con los que la pólvora que venía del Este los iba arrinconando. Siguió Julio dándole la vuelta al mundo.

Ya andaba por Hollywood cuando se estremeció. Empezó a ver que esta historia no tenía un final feliz. Ya no se trataba de azufre, salitre y carbón, pero la intención es lo que cuenta, dicen, y la excepción a ello la de Einstein.

Sigue la vuelta. Portaaviones hacia Hawaii. Despega el Enola Gay y hace polvo Hiroshima. Otro avión menos famoso y doblemente infame hace polvo Nagasaki. Julio fijó sus ojos entre Japón y China y tembló de miedo. Si esa vuelta sobre el mapa (sobre el globo, vaya) continuara su rotación, en el siguiente paso no va a quedar ni un solo ninot indultado. Y aunque así fuera, qué poco sentido tendría montar un espectáculo de fuegos artificiales, si el de los fuegos asesinos hubiera matado todas las fiestas del mundo.

Julio cerró el diario. El borrador de la novela quedó en nada, pues no llegó a escribir ni una línea. Un día, tiempo después, me lo explicó así, o más o menos. Cuando volví a casa, miré el globo terrestre en mi mesa y seguí con el dedo esa vuelta (esa otra vuelta, quiero decir) al mundo, también sentí un escalofrío. Vaya polvorín de planeta.

Y es que la especie humana es un poco como un polvorón. Si se la aprieta un poco se compacta, se hace solidaria. Pero si se la machaca... polvo, nada más.


De hecho es una idea que, como tantas otras, el mapamundi hace evidente. La dirección del uso de las armas de fuego es, en la historia, del este al oeste. Desde la China hasta Asia Central, desde allí a Europa y al Mediterráneo, para después cruzar el charco y llegar con trabucazos y cañonazos a América. Desde América y desde la colonia hawaiana, los bombarderos que soltarán sobre población civil las atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Y fin de la vuelta. Ese es el quid de la ugrafía.

Un detalle en el mapa también, no tan obvio pero sorprendentemente ignorado por las lecciones de los libros de historia, es el hecho de que Nagasaki está más cerca de Shangai que de Tokyo. Es algo que comprobé también en los noventa, a la vez que me planteaba la idea de la vuelta al mundo que después convertí en la ugrafía de Julio Viernes.

En esos detalles ignorados y en esas obviedades de los mapas hay mucho tintero del que sacar tema, ugráfico, geográfico y de cualquier tipo.

A lo de hace cinco siglos, a lo de hace cinco años, a lo de hace cinco minutos... a todo se le puede dar la vuelta. Esa es la gracia de la rotación terrestre.

Sigo girando por aquí. Alguna otra cosa también se hace obvia. Aunque se le puede dar la vuelta también.

27 jul 2022

Diez años sin fumar

Los cumplo hoy. Diez años desde que di la última calada al último cigarrillo. Recuerdo cómo despedía ese vicio/placer y cómo saludaba el reto y a ver. Después de todo no fue tan difícil. Al menos no tanto como siempre pensé que iba a serlo. Cada vez que respiro, desde entonces, sigo consumiendo lo que queda de mí. Nos acabamos esfumando, sí, y la vida mata, también, pero de alguna manera buscamos más libertad siempre. Y tenerla respecto a la nicotina es algo que no quiero perder. Ni ahora ni de aquí a diez más.