8 feb 2024

Se acerca un cambio de ritmo

En un par de días los astros traen el nuevo año. Presiento/presumo/presupongo otro hashtag, otro año de heptablogging.
Año 4722. Dragón de madera. El segundo y seguramente el último de mi vida, como dragón de madera, precisamente. Seguiremos heptablogeando...

31 dic 2023

El paréntesis del 23

Mis blogs, espacios y cuentas, como si fueran otra cosa, se han ido desparramando y desintegrando en el frío infinito del algoritmo de lo poco rentable. Tras el año de la pandemia me monté aquel invento del heptablogging (#2021odlqs). Pero más allá de ese algo, el ritmo no cambió el abismo de silencio tras las redes. El 2022 fue el de mi mayor bajonazo. Achaques, quirófanos, más achaques, depresiones, vértigos, confusiones... Este año que acaba, en que no he ugrafíado aquí más que al cerrarlo, ha sido un paréntesis. Mejor salud, nuevos proyectos, optimismo, y en resumen eso... que mientras hay tinta, hay esperanza.

6 sept 2022

Dando vueltas

Fecha señalada hoy. Cinco siglos del final del viaje de Elcano. Me ha hecho recordar mi primera ugrafía propiamente dicha.

Su título es La vuelta al mundo. La escribí y publiqué en Voces Amigas a finales de marzo de 2006, aunque la idea la tuve mucho antes, a mediados de los noventa. Inserto aquel texto, pues:

Nunca se publicó "La vuelta al mundo en ochenta polvorones", de Julio Viernes. Su autor destruyó el borrador de la novela porque no vió la manera de encontrarle un final feliz.

El argumento tenía un arranque similar al de la famosa búsqueda de Marcel Proust, pero el detonante no fue una magdalena, sino un polvorón de Estepa. Julio, de profesión pirotécnico, se quedó absorto cuando en su mente relacionó, por la parte del polvo que a cada uno le toca, el mantecado que degustaba y su diario instrumento de trabajo: la pólvora.

Cuando esa comunión de ideas empezaba a desmenuzarse en su cabeza, cogió el periódico, presto a curiosearlo. A santo de no importa qué, en una de sus páginas había un mapamundi. Fijó sus ojos en la barriga que dibuja la China. Recordó entonces que muchos años antes, cuando era aprendiz, le dijeron que el uso de la pólvora empezó allí, y con esa finalidad que le era tan familiar, la de colorear el lienzo negro de la noche con decenas de colores y la de dibujar en el silencio con el pincel ruidoso de las explosiones.

Pensó entonces en que era normal que algún asiático que se dedicara a la minería hubiese aplicado la pólvora a facilitar su trabajo, ya en aquella época. Y que también era inevitable que algún otro, militar, se supone, empezara a diseñar los primeros arcabuces. Seguía entonces Julio mirando el mapa y casi viendo en él como esas armas de fuego habían empezado a dar la vuelta al mundo.

Ajá, de Asia hacia Europa. Y sí, aquí los trabucos, mosquetones y demás y pasa el tiempo y ya también cañones. Y sigue pasando el tiempo y subimos esos cañones a los barcos. Y la pólvora, inocente ella al nacer, seguía hacia el oeste dando la vuelta al mundo.

Hacia el Nuevo, se dijo entonces. Pocahontas y familia enseguida probaron los estragos de los 'palos de fuego'. Los amerindios habían repelido con flechas a los pocos vikingos que llegaron a avistarlos, pero no pudieron frenar el empuje de los Winchester, los Colt, los etc. con los que la pólvora que venía del Este los iba arrinconando. Siguió Julio dándole la vuelta al mundo.

Ya andaba por Hollywood cuando se estremeció. Empezó a ver que esta historia no tenía un final feliz. Ya no se trataba de azufre, salitre y carbón, pero la intención es lo que cuenta, dicen, y la excepción a ello la de Einstein.

Sigue la vuelta. Portaaviones hacia Hawaii. Despega el Enola Gay y hace polvo Hiroshima. Otro avión menos famoso y doblemente infame hace polvo Nagasaki. Julio fijó sus ojos entre Japón y China y tembló de miedo. Si esa vuelta sobre el mapa (sobre el globo, vaya) continuara su rotación, en el siguiente paso no va a quedar ni un solo ninot indultado. Y aunque así fuera, qué poco sentido tendría montar un espectáculo de fuegos artificiales, si el de los fuegos asesinos hubiera matado todas las fiestas del mundo.

Julio cerró el diario. El borrador de la novela quedó en nada, pues no llegó a escribir ni una línea. Un día, tiempo después, me lo explicó así, o más o menos. Cuando volví a casa, miré el globo terrestre en mi mesa y seguí con el dedo esa vuelta (esa otra vuelta, quiero decir) al mundo, también sentí un escalofrío. Vaya polvorín de planeta.

Y es que la especie humana es un poco como un polvorón. Si se la aprieta un poco se compacta, se hace solidaria. Pero si se la machaca... polvo, nada más.


De hecho es una idea que, como tantas otras, el mapamundi hace evidente. La dirección del uso de las armas de fuego es, en la historia, del este al oeste. Desde la China hasta Asia Central, desde allí a Europa y al Mediterráneo, para después cruzar el charco y llegar con trabucazos y cañonazos a América. Desde América y desde la colonia hawaiana, los bombarderos que soltarán sobre población civil las atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Y fin de la vuelta. Ese es el quid de la ugrafía.

Un detalle en el mapa también, no tan obvio pero sorprendentemente ignorado por las lecciones de los libros de historia, es el hecho de que Nagasaki está más cerca de Shangai que de Tokyo. Es algo que comprobé también en los noventa, a la vez que me planteaba la idea de la vuelta al mundo que después convertí en la ugrafía de Julio Viernes.

En esos detalles ignorados y en esas obviedades de los mapas hay mucho tintero del que sacar tema, ugráfico, geográfico y de cualquier tipo.

A lo de hace cinco siglos, a lo de hace cinco años, a lo de hace cinco minutos... a todo se le puede dar la vuelta. Esa es la gracia de la rotación terrestre.

Sigo girando por aquí. Alguna otra cosa también se hace obvia. Aunque se le puede dar la vuelta también.

27 jul 2022

Diez años sin fumar

Los cumplo hoy. Diez años desde que di la última calada al último cigarrillo. Recuerdo cómo despedía ese vicio/placer y cómo saludaba el reto y a ver. Después de todo no fue tan difícil. Al menos no tanto como siempre pensé que iba a serlo. Cada vez que respiro, desde entonces, sigo consumiendo lo que queda de mí. Nos acabamos esfumando, sí, y la vida mata, también, pero de alguna manera buscamos más libertad siempre. Y tenerla respecto a la nicotina es algo que no quiero perder. Ni ahora ni de aquí a diez más.

20 jun 2022

Intermedio

A la salida de la estación de metro de Ópera, se encuentra con su prima. Simple situación desde la que despega el primer guión de largometraje de Oscar Ladoire y del oscarizado, bastantes años más tarde, Fernando Trueba. Una comedia sencillita, famosa en su tiempo por mostrar las ibéricas pendencias de los intelectuales de la época. Fue una peli que vi siendo adolescente aun y, por primera vez, me encontré con un personaje con el que me podía identificar plenamente: Matías Marinero quiere ser escritor, y vive sus neuras, digestiones y amores, lejos de los otros dos tipos de la trama: ni es un macho máquina como su amigo León ni es un señor de los ruidillos como el jipi amigo de su prima. Vi la peli bastantes veces. De hecho, cada vez que me líaba con alguna fémina, ver Opera Prima tarde o temprano era parte del ritual.

La imagen del cartel del film me hace pensar en que no sabemos nunca qué sorpresas nos esperan, pero también pueden ser agradables.

El guión tiene fraseos que están clavados en mi memoria Rom. "Y eso del estar", "hablar es bueno para durar", "el poema de amor que le haces a la vaca", "preferiría ser Paul Newman", "la felicidad debe ser esto"... Cuando Miquel Porter, profesor de Historia del Cine, nos planteó escoger un film de entre el 75 y el 82 para recensionarlo, no tuve duda alguna. Matías, palabras, Violeta, música y bla bla y la la. Gracias a tener un nexo amigo, conocí a Ladoire en un encuentro de esos y tuve la sensación extraña de que a la vez tenía tanto por decir como por callar.

El caso es que ese juego de palabras, de la opera prima como primera obra, tiene un postre en el también primer largo de David Trueba, La Buena Vida, en que se invierten las edades pero no la relación familiar de la pareja protagonista. Aunque esa es ya otra historia...

Ópera comparte origen con operario, con obra, con obrero y con operación. Y prima lo hace con primero, con primar, con primerizo y con primordial. Las palabras dicen mucho, juntas y separadas, incluso no diciendo nada más. Supongo que podré explicarlo, pero si no fuera así, llevo ya mucha letra por ahí suelta, aunque de momento no esté todo editado y bien editado. Pero bueno, todo todo nunca se puede, ni atar ni desatar. Todo no. Hay que dejar espacios, incluso si se quiere hablar de todo un poco.

31 dic 2021

Llegando a buen puerto

Era viernes, como hoy. El 1 de enero de este 2021 me imaginé un autodesafío según el cual cada día del año "subiría algo" a "la red". Ya de entrada lo disgregué en siete minidesafíos, pues me imaginaba publicando cada día de la semana en un sitio distinto. Los viernes, aquí, en mi blog más maceta (semillero y florero).


Ayer me dió por buscar la imágen photo phinish del año entero y comprobar las cifras finales...
Finalmente se distingue un período de vacaciones de mes y medio pero en general casi cada día he ido publicando algo. Solamente he desatendido el reto 86 días, la mitad por esa pausa vacacional y de la otra mitad, casi todos en miércoles o jueves. También hay 25 entradas que marco en verde pues publiqué pero poco más de un par de frases. En azul hay 254 días. Por lo tanto más de dos tercios del reto. Puedo darme por satisfecho. Más teniendo en cuenta que el sitio donde empecé los miércoles lo hicieron de pago y eso por tanto me frenó bastante para ese día de la semana. Y los jueves, que he dedicado a recoger en tuiteos los enlaces a las publicaciones de los otros seis días, pues bien, he comprobado que no es el lugar apropiado para ello, tampoco.

Pero en cambio, muchos sábados me he motivado con los temas de Bibliugrafías en Wordpress; he recuperado ritmo y ganas en mi blog 'de toda la vida' si considero que ese es el de mis Ugrafías, desde 2006, entre las Voces Amigas de Javier Ortiz; he vuelto a 'fotologear' cada lunes en mi Instagram, Ugrafik; he llegado los martes a subir 40 de 52 críticas de cine posibles como Ugrafiator en FilmAffinity. Y en el lado menos productivo, pero también me alegra, he escrito en esperanto la mitad, más o menos, de los miércoles del año. Y en twitter, los jueves, he compartido todos esos enlaces a lo largo del año.

En resumen, que doy por cumplido el reto. Está esta primera Ítaca estupenda, al final de la 2021-Odisea de lo que sea.

24 dic 2021

Penúltimo puerto

A sólo una semana de completar el año miro atrás este blog y lo veo bien vivo. Sin eco, de momento, pero vivo al fin. Latiendo, que es gerundio.